El fingerpicking con el que M. Ward abrió su concierto en Vigo el pasado jueves 19 de mayo, nos recordó la obligada necesidad de dedicarle una entrada en el blog. Uno, por el peso e importancia adquirida en la americana tras casi una docena de discos, entre trabajos en solitario y asociaciones brillantes -She & Him, Monster of Folk o Bright Eyes-. Otra, por el espectacular concierto ofrecido ante apenas un centenar de personas en el Auditorio Municipal vigués.
Sin más necesidad que la de su guitarra, una armónica, frente a un piano en algún momento y, sobre todo, con su vibrante voz, el de Portland contó sus canciones como si de un cuentacuentos se tratase. Sus ojos como platos nos abrían paso hacia las letras de amor, historias sobre trenes lentos, versos cubiertos por capas de guitarra (inapreciable para algunos la perfecta manipulación del pedal).
“Hold Time” no fue ninguna paradoja, sentado al piano, consiguió que los relojes se moviesen al compás de cada notas; impoluto “For Beginners”, canción que abre su último disco en solitario, “Hold Time” (2009), una obra maestra a mi parecer; hubo tiempo para una pequeña muestra de Monsters of Folk, un homenaje a un artista, Daniel Jonhston, “Story of an Artist” y la excepcional porción de Bowie en la versión de Let’s Dance, (“Transfiguration of Vincent", 2003). Son algunos detalles de un setlist redondo, regalando incluso un bis, cuando apenas era necesario.
La emoción inundó la sala desde el comienzo, pero ni rastro de temor por que acabara tan perfecto espectáculo. Fue tal que, semanas después, ni me atreví a ver su actuación en el Primavera Sound. Excepcional.
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